Apuntes para la Participasión

Comunidad, Participación y Ciudadanía


15 Pistas para dinamizar las asambleas masivas del 15M (y cualquier otra)

Por Equipo CRAC

Hay diferentes tipos de asambleas: grandes, pequeñas, de información, de debate, de toma de decisiones, de generación de ideas… al fin y al cabo, la asamblea no deja de ser un espacio colectivo en el que un grupo de gente se comunica y llega a acuerdos  -o no- a través del diálogo, aunque no sólo de él.

Cuando nos juntamos en una asamblea enfrentamos varios riesgos: puede ser aburridísima porque unas pocas personas monopolizan la palabra, porque perdemos el norte a dónde queremos llegar, porque se manifiestan intereses particulares velados, porque no nos respetamos, porque no escuchamos las propuestas, porque… y entonces la asamblea deja de ser un espacio horizontal de trabajo.

Por todo esto, y sabiendo la dificultad de dinamizar una macroasamblea -como las que estos días se suceden en las acampadas del 15M- proponemos 15 PISTAS a tener en cuenta, aunque sabemos que no hay reglas fijas y cada persona, grupo y territorio es un mundo particular al que tendremos que adaptar esas pistas:

1.- PREPARAR las asambleas previamente, siempre que sea posible, por un grupo o comisión que, teniendo en cuenta el tiempo disponible, prepare la lista de temas que se pueden abordar (llamado «orden del día»), dejando algún punto abierto para las propuestas de última hora que puedan surgir en la propia asamblea. Ese grupo debe contar con la confianza general y debe preparar la asamblea pensando no en sus opiniones e intereses particulares sino en los intereses generales y en hacer posible la participación, el debate y la toma de decisiones (cuando este sea el objetivo).

2.- DEFINIR. Para ser eficaces es importante que definamos y aclaremos el carácter de la asamblea en su convocatoria. Puede haber asambleas para alcanzar consensos y decidir ciertas cuestiones, pero, del mismo modo, podemos realizar asambleas informativas o de libre expresión, sin la necesidad de tomar decisiones.

3.- CONVOCAR las asambleas con toda la antelación posible, utilizando medios tecnológicos, carteles o cualquier otro medio, donde se indiquen los temas a tratar. La asamblea debe comenzar señalando  los temas previstos para que puedan ser conocidos por todas las personas.

4.- AMPLIAR la participación por otras vías, además de la voz en la asamblea. Podemos recoger información, aportaciones, opiniones… a través de notas que se pegan en un cartelón con los puntos del orden del día o de la relatoría de una asamblea, posibilitando que las personas que no pueden asistir expresen su opinión y se sientan parte del proyecto colectivo.

5.- MODERAR. Es conveniente que exista siempre la figura de persona moderadora, con  apoyos para recoger los turnos de palabra y a ser posible, otra persona que escribe en papel continuo, papelógrafo o similar las aportaciones, con idea de que todo el mundo pueda ver qué argumentos aparecen en la asamblea, evitando repeticiones y reiteración sobre aspectos ya tratados. Es una buena idea hacer patentes los mínimos a los que se van llegando.

6.- OPINAR. Tras exponer cualquier tema del orden del día, mediante la información de la comisión preparatoria por ejemplo, deben presentarse -si los hubiera- los puntos sobre los que debe pronunciarse la asamblea. Y debe abrirse un turno de intervenciones para que quien lo desee pueda opinar antes de que la asamblea se pronuncie. Los turnos deben ser «cerrados», inscribiéndose previamente la gente que quiera hablar, y con un tiempo limitado, porque si son abiertos el debate puede prolongarse indefinidamente aburriendo a las piedras.

7.- CONCRETAR. Es conveniente evitar las intervenciones largas. El tiempo de intervención debe estar indicado previamente (3 minutos, como máximo en asambleas masivas) y debe ser respetado, «dando toques» cuando sea necesario (porque alguien se enrolle) por parte de las personas moderadoras. También es conveniente evitar las repeticiones y las intervenciones reiteradas de las mismas personas, para que no acaparen la asamblea. Para ello puede ser conveniente indicar «un solo turno» o dar prioridad en el uso de la palabra a quienes no han intervenido todavía.

8.- SENTIR, PENSAR, HABLAR. Hablar debe ser nuestra última acción, primero hemos de escuchar qué se está diciendo, valorar la pertinencia o no de pedir la palabra pues puede que nuestra aportación sea una repetición de una idea ya dicha, o no aporte nada importante al debate.

9.- ESCUCHAR qué se dice, y no quién lo dice. Atender a los argumentos que cada cual expone, valorar que sean oportunos, apropiados… sin hacer valoraciones morales.

10.- RESPETAR. Expresarnos de un modo inclusivo. Cuidar nuestro mensaje al dirigirnos al grupo, sabiendo que hay personas diferentes: de otras culturas, mujeres y hombres, de distintas edades y con diferentes conocimientos…para respetar y valorar las diferentes opiniones.

11.- CONSENSUAR. En las asambleas, las decisiones que se toman son aquellas que cuentan claramente con amplio acuerdo, que llamamos consenso. Para alcanzar consensos tenemos que apostar por el Mínimo Común Multiplicador -aquello que nos une y que nos puede hacer dar pasos hacia delante-, y no buscar el Máximo Común Divisor -aquello que nos separa, nos diferencia-. Muestra sólo tu desacuerdo cuando no te veas reflejado en absoluto. No tienes que estar de acuerdo en todo. El consenso de grupo supera nuestra opinión personal.

12.- En último caso…VOTAR. Las decisiones de la asamblea deben producirse, preferiblemente, por consenso, o sea, deben reflejar la opinión de la inmensa mayoría de quienes participan en ella. Pero, si hubiera diferentes posiciones y fuera necesario votar, antes de hacerlo deben presentarse con absoluta claridad las diferentes opciones entre las cuales elegir. En todas las votaciones debe preguntarse siempre quien está a favor, quién en contra y quien se abstiene, para que sean visibles todas las posiciones, también las minoritarias.

13.- RESOLVER. Si las opiniones a favor o en contra fueran claramente mayoritarias, eso expresará la opinión de la asamblea. Si las opiniones estuvieran muy repartidas, se puede devolver el tema a las comisiones correspondientes para que lo vuelvan a trabajar y lo traigan de nuevo a la asamblea más clarificado y con opciones más elaboradas. Es importante que la asamblea no se quede «bloqueada» por un tema determinado. Si el tema fuera «fundamental», se deben buscar otros mecanismos para discutirlo sin que paralice la asamblea.

14. MULTIPLICAR. INFORMAR Y EXTENDER. Hemos de cuidar la transparencia y la información posterior a la asamblea. Publicando o difundiendo las actas, relatorías, calendarios, acuerdos, normas o cualquier otro documento, para que estén accesibles a cualquier persona en cualquier momento.

15. PRACTICAR. La dinamización (y la participación en general) de asambleas requiere práctica y entrenamiento, se aprende, y a medida que formamos parte de un movimiento asambleario nuestras capacidades aumentan, de ahí que la rotación en las tareas sean un elemento esencial.

Descargar PDF: 15P_xa_15M

Espacio Colectivo de Educación para la Participación
Equipo CRAC



6 respuestas a “15 Pistas para dinamizar las asambleas masivas del 15M (y cualquier otra)”

  1. Se vota sí o no. Se abtiene quien no vota ni si ni no. Es el resto de gente. Votar abstenerse es reducción al absurdo. De todas maneras, lo difícil es hacer ese recuento, cosa que aquí no se soluciona.

  2. Muchas gracias por tu aportación Sylvia, es cierto que no se apunta nada sobre el recuento. Lo que estamos intentando en algunas asambleas es que existan personas «cuidadoras» y facilitadoras del proceso asambleario que tengan la responsabilidad del recuento. Intentamos que sean varias en lugares diferentes en asambleas masivas para los casos en donde la mano alzada es ajustada. Otra opción en asambleas más pequeñas es que si el resultado es muy ajustado y no es una decisión muy urgente, se pasa a la siguiente asamblea para dar más tiempo al debate y la reflexión.

    Un abrazo. Antonio Moreno.

  3. Si, además, en un momento determinado las abstenciones pueden ser más numerosas que los sies o los noes, y en ese caso parece conveniente que el tema vuelva a considerarse, a trabajarse en comisiones, a aclararse… para volver a la asamblea más elaborado, antes de que salga adelante por una «mayoría» numérica pero ficticia.

  4. Como bien especifica el texto no se trata en una asamblea de votar o no votar, el sistema se basa por la gestión de mínimos aceptables concensuables, no existen votaciones, ambas partes (a favor, en contra) deben aprender a ceder en sus intenciones hasta lograr un objetivo que satisfaga a todas las partes integrantes de la asamblea. Es más complejo que el sistema «democrático», pero sólo así estas segur@ de haber participado, asumido y concensuado la decisión que se toma.

    Un saludo desde #acampadatenerife

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