Apuntes para la Participasión

Comunidad, Participación y Ciudadanía


La mirada

Las buceadoras descienden hasta el fondo y escudriñan con su mirada experta los signos, los indicios de la presencia de ostras, y, entre éstas, aquellas que esconden en su interior las perlas buscadas. Del mismo modo, quiero sumergirme y observar atentamente a las organizaciones solidarias que están reconstruyéndose en este tiempo de transformaciones aceleradas, para hallar en ellas señales de las nuevas formas de trabajar juntas que están surgiendo.

La búsqueda quiere ser sobre todo aprendizaje, descubrir los brotes de nuevas maneras de resolver los problemas organizativos, o al menos vislumbrar las semillas que apuntan a nuevas soluciones, explorar su potencial y las posibilidades de replicarlas o trasplantarlas, adaptando esas alternativas a otros procesos colectivos y otros contextos.

Pero… ¿hacia dónde mirar?¿Qué aspectos de la vida organizativa observar?¿Dónde poner el foco? ¿En qué zonas se esconden los «secretos» de las organizaciones que funcionan? ¿Qué significa hoy «funcionar«? ¿Debemos seguir atendiendo sobre todo a los resultados, o hemos de prestar mayor atención a los procesos?

Hace poco le preguntaba en Cádiz al buscador Amador Fernández Savater qué factores considera claves en la construcción de las nuevas organizaciones solidarias, y él mencionaba tres: la activación de los afectos, la reconstrucción de las relaciones y el conocimiento del territorio.

Sobre los afectos, en su libro «La fuerza de los débiles«, dice: «si la fuerza de la organización tradicional pasa por la producción en serie de piezas obedientes (soldados o militantes de partido), la fuerza de los débiles nos solicita como sujetos: capaces de autonomía y de responsabilidad, de iniciativa y de pensamiento, de creación y de invención, de cooperación y coordinación. Sujetos que se activan a partir de sus afectos… La guerrilla-movimiento es la máquina organizativa que activa precisamente lo más personal: el débil pelea a partir de lo que cree, para defender una forma de vida en la que está implicado, que recrea al defenderla y que defiende recreándola

Los afectos se refieren a todo lo que nos afecta, que afecta a la vida, a los deseos y las necesidades vitales, aquello que pone en marcha y da sentido a la acción colectiva, porque nos movemos cuando nos sentimos «afectados«. Los sentimientos y emociones que se movilizan actúan de motores de los procesos colectivos. ¿Cómo pulsar y activar los afectos que nos con-mueven?

Uno de los primeros desafíos a afrontar será re-anudar las relaciones entre las personas y con el entorno, con la naturaleza, con la vida… aquellos vínculos fundamentales que se han quebrado o perdido por un conjunto de factores (la aceleración de los cambios, la revolución tecnológica, el capitalismo global, la pandemia, el miedo, la incertidumbre…) y -en plena revolución de las comunicaciones- nos mantienen atrapadas en la soledad y el aislamiento.

Está claro -para bien y para mal- que las relaciones, las interacciones entre las personas que participan en los procesos, los vínculos y las conexiones que se establecen entre ellas, como gestionan la diversidad, los cuidados y los conflictos, las formas de interactuar entre ellas y con otros actores, las redes colaborativas… son cuestiones determinantes para que la acción colectiva sea efectiva… y para que sea gratificante, satisfactoria. ¿Cómo retejer ahora las tramas de la solidaridad dentro de las comunidades y los territorios desestructurados?

Ese territorio -que no siempre o solamente tiene límites «físicos«, geográficos- es el ecosistema del que dependemos, el sustrato del que nace la acción colectiva, el espacio donde ésta se desarrolla y donde se encuentran los recursos para hacerla posible. El territorio son también, y sobre todo, sus habitantes. Su conocimiento es fundamental para el «éxito» de la acción colectiva (otro concepto a revisar). ¿Cómo re-descubrir, re-definir y re-conocer los territorios que habitamos en un tiempo de transformación profunda? ¿Cómo reconstruir los vínculos, las complicidades entre los distintos actores que los habitan?

Siento que, en la inmersión, estas «zonas» del «fondo» de las iniciativas colectivas deben ser observadas con mirada atenta. Pero, con seguridad, hay otras zonas importantes a observar, como la zona de la comunicación, que atraviesa en todas las direcciones los procesos organizativos. Y algunas otras más, pero… ¿cuales? (Continuará)



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