Apuntes para la Participasión

Vale, ya nos vamos enterando -a marchas forzadas- de que esto de la crisis climática va en serio y de que su impacto va a cambiar el mundo y nuestras vidas. Pero, además de desesperarnos y cabrearnos mucho… ¿qué podemos hacer?

Se me ocurre que lo primero debe ser tratar de entender los porqués, las causas de que estemos así, en esta circunstancia crítica, y sus consecuencias para la vida en el planeta, particularmente para las personas y sectores sociales más vulnerables, entre los que nos encontramos quienes no somos ricos, la mayoría.

Lo segundo será comprender que, cada cual por su cuenta, -sálvese quien pueda- nuestras posibilidades de supervivencia se minimizan o desaparecen. Date por jodido. Solo trabajando juntas, con la ayuda mutua, sumando capacidades y fuerzas, será posible un futuro habitable. Por eso son tan importantes y valiosos los vínculos, los afectos, las conexiones.

Los grupos y comunidades con vínculos más fuertes y con mayores habilidades para cooperar y trabajar en equipo, serán los que tendrán mejores oportunidades de sobrevivir y construir algo diferente.

Y el «qué hacer» de estos grupos y comunidades, de las personas que hemos de formarlos, tiene dos grandes patas o campos de acción:

La resistencia frente a la agresión sistemática (del sistema) a la mayoría social y al planeta para mantener el negocio, el beneficio sin límite de una inmensa minoría a costa del sufrimiento de ambos (la mayoría y el planeta). Resistencia a los recortes de derechos y conquistas sociales, a las agresiones a la vida y al planeta… Resistencia para recuperar y conservar para el común el máximo posible de medios y recursos públicos.

La resiliencia para poner en pie alternativas y respuestas colectivas y autogestionadas a las necesidades colectivas (la alimentación, la salud, la vivienda, la educación y la cultura…) fortalecimiento de los vínculos y capacidades, desarrollo de las habilidades para la vida… Resiliencia para construir un futuro habitable para todas.

La resistencia es «defensiva», la resiliencia es «constructiva», pero ambas son necesarias y simultáneas. Y solo funcionan cuando son colectivas, cuando son la expresión del apoyo mutuo y la cooperación entre las personas.